Este viaje del norte de China teje esplendor imperial, patrimonio antiguo y paisajes salvajes. Pekín fusiona la modernidad y la tradición: la Ciudad Prohibida y dorada de la Gran Muralla como testimonios de poder dinástico, mientras que las estrechas chozas revelan casas de patio y mercados bulliciosos junto a torres elegantes.
La provincia de Shanxi exhibe tesoros culturales: paredes de Pingyao Ming-Qing y casas mercaderes, tallas budistas de 1.500 años de Yungang, y el Templo colgante desafiante por gravedad que se aferra a acantilados.
Las interminables praderas de Mongolia albergan la vida nómada: las yurtas blancas no hacen llanuras esmeraldas donde los jinetes de caballo corren junto a los rebaños. El Genghis Khan Mausoleum honra el legado mongol, mientras que las noches cobran hogueras, canto de garganta y cordero asado bajo cielos estrellados.

